“Conversaciones con el Sindicato”

    Comenzamos en esta charla con Hugo Morales, una serie de entrevistas  que él mismo llevará adelante: «Conversaciones con el sindicato». Aquí El Tambor nos hará escuchar el pensamiento vivo de los protagonistas de un sector que refleja la perspectiva del trabajador asalariado en el contexto regional.

Reconocido hombre del espacio político sanrafaelino, de una larga trayectoria en el peronismo, partido del cual supo ser concejal y diputado provincial. Pero fundamentalmente con un gran camino realizado en La Bancaria, el sindicato que reúne a los trabajadores de los bancos.

A modo de introducción a este espacio que llamamos “Conversaciones con el Sindicato”, compartimos con los seguidores de EL Tambor una interesante entrevista con él.

¿Hugo, como ves la actualidad del movimiento obrero en el sur mendocino?
Bueno, hay que decir que hoy la fortaleza del movimiento obrero está reducida al ámbito estatal, algo del comercio, el transporte puede ser también un poco. Pero no mucho más.

Si vos ves las calles seguramente encontrarás muchos jóvenes, recorriéndolas en motos o bicicletas empleados informalmente en el servicio de delivery. Digo esto como ejemplo de que tenemos ahí un fuerte movimiento trabajador, pero sin ningún tipo de amparo que piense en una estabilidad o seguridad laboral a futuro.
Son recursos para sobrevivir, que surgen como alternativa ante la falta de trabajos estables, productos de la desindustrialización, del no desarrollo productivo y de la falta de obra pública proyectada para favorecer ese desarrollo.

Si eso es escaso, entonces las organizaciones obreras son débiles por falta de afiliados. El movimiento obrero surge como una necesidad del mismo obrero para defender sus intereses. Porque siempre se ajusta donde la cosa cede y cede en lo más debilitado. Si un industrial o un constructor o si la Coca Cola tiene problemas de desequilibrio económico financieros lo más fácil es ajustar hacia el estrato inferior, porque por una cuestión de poder no puede ir a pelear hacia arriba o se le hace más difícil, con una distribuidora internacional, por ejemplo, o con una proveedora de energía. Entonces rápidamente equilibra ajustando al de más abajo. Pero de lo que se trata es de vivir dignamente y eso es lo que defiende el movimiento obrero  organizado.
Un obrero individualmente no está en condiciones de negociar con el empresario, por una cuestión de poder pero todos juntos sí.

Por eso hoy: ¿Quiénes están pagando los platos rotos? -Los jubilados. Esa es la caja donde más fácil es echar mano. Porque son viejos, ya les duele o se cansan de salir a luchar por su dignidad. Entonces aparece este abuso indiscriminado y obsceno que estamos sufriendo.

Pero el empresario de la Pequeña y Mediana Industria o el productor tampoco es muy organizado o no se une. ¿Eso también lleva a que no ejerza su importancia en esa suerte de pirámide de poderes?
Mirá,  yo tengo una crítica muy fuerte sobre las organizaciones que nuclean a ese sector aquí en el sur mendocino. Se habla mucho, pero llegado el momento todos van al Almuerzo anual de las Fuerzas Vivas, o quizás debiera decir de los “vivos”, aplauden, brindan, sonríen y callan.

Como ejemplo están los mil millones que el estado nacional envió como un resarcimiento para equilibrar los perjuicios económicos que tiene nuestra región debido a los beneficios de la Promoción Industrial que tienen regiones vecinas. Pues bien, ese dinero está en la capital mendocina y aquí no se acciona para que venga a ser invertido donde debe ser. Es fundamental el trasvase del Río Grande al Atuel.

Nos quedamos en las discusiones pequeñas y las importantes no lo hacemos. Por ese motivo, la falta de unidad para fortalecernos e ir a pelearla arriba y no para abajo.
Pero todo es consecuencia de acciones erróneas o por la falta de acciones. Por el orden y la constancia de esas acciones.  Velar por el interés particular o de un grupo reducido no lleva a buenas soluciones. Eso le resulta a los que están en la cumbre de la pirámide, si lo representamos en una figura capitalista. Si estás abajo en la pirámide y no estás unido con tus pares es imposible conseguir mejoras en tus condiciones. Por eso surge, y es un ejemplo, el movimiento obrero y los sindicatos.

Cuando había aquí un gran desarrollo metalúrgico entonces había una UOM (Unión Obrera Metalúrgica) fuerte.

En una ciudad chica los efectos de los ajustes al obrero se perciben rápidamente y enseguida se hace notar en el comercio, el cual vende menos. La opción del turismo es una buena alternativa, pero como las temporadas aquí son cortas y no alcanzan para dar estabilidad al trabajador asalariado del sector, que está fundamentalmente en negro, tampoco es una solución.

¿El bancario es quizás el que mejor esté?

Seguramente que sí. Porque estas políticas que están implementadas desde una óptica financista, favorecen esta actividad. Como les va muy bien, entonces el sindicato del sector logra buenas remuneraciones para sus trabajadores. Pero hay que decir que eso no es alentador para el resto. Nuestra ley de Entidades Financieras es de la época del Proceso Militar, la llamada La Pequeña Revolución de Martínez de Hoz. Aquel Ministro de Economía logró con esta ley una punta de lanza que modificó el sistema económico y financiero argentino, el cual pasó a buscar sin límites el rédito económico para dejar de fomentar la actividad productiva.

Aquel Ministro de Economía logró con esta ley una punta de lanza que modificó el sistema económico y financiero argentino, el cual pasó a buscar sin límites el rédito económico para dejar de fomentar la actividad productiva.

En 40 años ningún gobierno del tinte que sea hizo cambios hasta el día de hoy. Y el gobierno de Milei está felíz con ello. El famoso modelo agroexportador concentrado en unos pocos, de los cuales una sola empresa es argentina. Es un modelo extranjerizante que esta ley favorece a todas luces. Gente que no le importa el desarrollo industrial ni el desarrollo educativo, ni cultural, ni sanitario del pueblo. Estos son para ellos sólo servidores descartables, utilizados para llevar adelante sus intereses.

Por lo dicho, Hugo deja aquí abierto un interesante camino a recorrer con las próximas entrevistas a los distintos representantes del sector obrero, que sin lugar dudas harán sonar El Tambor.

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